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Bisfenol A: Europa trata de rebajar su uso

Durante el pasado mes de enero se dio a conocer la noticia de que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) ha publicado un informe en el que rebaja 10 veces la cantidad diaria de bisfenol que considera «tolerable» y abre un periodo de consultas antes de lanzar su dictamen final sobre este compuesto tóxico.

¿Qué es el bisfenol y cómo afecta a las personas?

El Bisfenol es un compuesto orgánico sospechoso desde los años 30 por ser dañino para los humanos. El Bisfenol-A se usa principalmente para hacer plásticos. Desde hace más de 50 años se fabrican productos que contienen bisfenol-A.  

La causa de que los alimentos se intoxiquen es porque están en contacto con materiales que tienen esta sustancia nociva (envases de plástico, latas de diferentes clases y otros plásticos que funcionan como recipientes). La población está continuamente expuesta a esta sustancia tan dañina a causa de que se ha extendido su uso en la fabricación de la mayoría de envases e incluso en las etiquetas de los productos. Esta sustancia afecta a personas de todas las edades, siendo los bebés los más afectados. Los fetos y los bebés durante su etapa de embriones y de lactancia están más sometidos a poder intoxicarse, ya que la madre a través del cordón umbilical o de la leche materna les traspasa esta sustancia con sus hormonas.

Los riesgos producidos por “consumir” Bisfenol son múltiples, desde riesgos para el hígado, la glándula mamaria o el riñón, hasta tener problemas en los sistemas inmunológico, metabólico, cardiovascular, reproductivo, nervioso o causar serios desequilibrios en el sistema hormonal.

Sin embargo, no ha sido hasta hace poco cuando las autoridades sanitarias de todo el mundo han puesto su atención sobre el bisfenol (BPA, según sus siglas en inglés). Poco a poco se están empezando a tomar medidas destinadas a limitar su uso sobretodo en recipientes destinados a estar en contacto con los alimentos.

La Unión Europea ha hecho un amplio estudio con para determinar que la dosis diaria que las personas podemos tolerar debe reducirse de 0.05 mg al día por kilo de peso corporal a 0.005 mg. Sin duda, una gran disminución que ayudará a evitar posibles riesgos en la salud, al menos hasta que haya menos incertidumbres sobre las consecuencias de esta sustancia.

La EFSA insiste en que los riesgos actuales para la población son bajos y que todavía queda por resolver muchas dudas sobre la exposición del BPA. Las conclusiones de la EFSA, de momento, son preliminares y se someterán a un proceso de consulta pública que podría acabar con un documento definitivo a lo largo de 2014.

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